Cuando pensamos en adquirir nuevas herramientas para nuestro desarrollo profesional, a menudo nos centramos en mejorar ciertas competencias relacionadas con el desempeño de nuestras tareas, nuestros conocimientos informáticos o sobre nuevas tecnologías pero pocas veces nos referimos a mejorar nuestras relaciones en el trabajo, y no en términos de los éxitos que nos puede proporcionar tener un elevado número de contactos, si no respecto a las relaciones que mantenemos con compañer@s o cargos.
Está comprobado que un buen clima laboral puede mejorar la productividad pero no es menos importante que mejora nuestra motivación y satisfacción en el trabajo. Y creo que ya va siendo hora de que las empresas se centren no sólo en contar con emplead@s eficaces sino también felices.
Pasamos muchas horas de nuestras vidas en el lugar de trabajo. Por tanto muchas veces son las personas con las que compartimos el terreno laboral, con las que más tiempo pasamos en nuestro día a día. En muchas ocasiones estas conexiones son importantes más allá de ese ámbito y acaban convirtiéndose en vínculos de amistad e incluso cuando esto no es así, la calidad de estas relaciones puede condicionar nuestra vida cotidiana.
Por todo esto, mejorar nuestras relaciones en el trabajo repercute en nuestro bienestar también cuando cerramos la puerta del despacho, oficina, negocio… y seguimos con nuestras vidas. Para eso podemos tener en cuenta estos tres tips:
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Ser más consciente de los mensajes que damos y de cómo estos pueden cuidar o dañar la conexión con el otro. Muchas veces con las mejores intenciones lanzamos mensajes que causan malestar o la necesidad de justificarse o defenderse, tal vez debido a los modelos que hemos tenido. Conocer las respuestas típicas que suelen dañar las relaciones puede ayudarnos mucho a evitarlas y a evitar a su vez sus negativas consecuencias.
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Dejar de centrarnos en lo que queremos decir y pararnos también a escuchar lo que están queriendo transmitirnos. A menudo nos quejamos de que no nos sentimos escuchad@s, pero ¿con cuánta frecuencia nos detenemos a escuchar de verdad a la otra persona? Escuchar de manera sincera es una de las claves que mejora significativamente nuestros vínculos también en el trabajo.
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Tomar conciencia de nuestras necesidades y expresarlas con claridad. A veces sentimos una gran frustración al ver que nuestras necesidades no son satisfechas. Es importante que nos planteemos en primer lugar, qué necesitamos y después si hemos sabido exponer esas necesidades a nuestr@s compañer@s o jefe/as.
Tener en cuenta estas tres claves es una manera de empezar a cuidar nuestros vínculos en el ámbito laboral y disfrutar así de una mayor satisfacción. Tod@s hemos experimentado esa sensación desagradable al no querer ir al centro de trabajo para evitar encontrarnos con alguien con quién no teníamos una buena relación y también la motivación que nos produce tener lazos positivos con nuestr@s compañer@s. Decidir cuidar estas relaciones puede ser por tanto una forma inteligente de mejorar además de nuestro entorno laboral, nuestra calidad de vida.