¿Cómo nos ponemos de acuerdo en el destino de vacaciones?
Estamos en verano y además del parón escolar, la mayoría de la población tiene también sus vacaciones de trabajo. Por este motivo, para romper con la rutina y aprovechar el hecho de tener más tiempo para viajar, solemos buscar un lugar donde disfrutar de nuestro merecido descanso. Esto frecuentemente es motivo de alegría, pero en algunas ocasiones puede convertirse en fuente de conflicto cuando no nos resulta fácil ponernos de acuerdo.
Por eso voy a compartir algunas estrategias que pueden ayudarnos a elegir destino y que eso no se convierta en un problema, sino en una oportunidad para acercarnos a nuestra pareja o compañer@ de viaje, conocernos mejor y profundizar en la relación.
En primer lugar, es importante que escuchemos la propuesta de la otra persona, dejando espacio para que se exprese y evitando interrumpir inmediatamente con nuestros planes. A veces tenemos miedo de que esto implique renunciar a nuestros deseos, pero es importante ver que el hecho de escuchar a alguien no nos compromete a cumplir sus expectativas.
Al prestar atención a lo que nos están diciendo, es crucial atender a las necesidades que hay detrás de esa propuesta. A lo mejor nos están planteando ir a un hotel por la necesidad de descanso y de dejar por unos días las tareas domésticas y existen otras soluciones que cubren esa necesidad, como ir a un apartamento pero comer fuera o pedir comida preparada.
Después de haber escuchado atentamente, es conveniente que expresemos lo que nos gustaría hacer con claridad, sin tratar de presionar ni convencer, y conectando con nuestras necesidades.
Tal vez dos propuestas muy alejadas aparentemente, tienen detrás necesidades comunes. Es posible que ante la misma necesidad de descanso otra persona en vez de a un hotel, prefiera ir a un camping porque la naturaleza le ayuda a recargarse.
A continuación podemos hacer una lista de posibles alternativas a las dos propuestas. Os propongo hacerla con una lluvia de ideas, evitando censurar incluso ocurrencias que nos parecen descabelladas o que sabemos que no vamos a llevar a cabo, pero que pueden ser el puente para encontrar otra solución que sí que nos interesa.
Por último valoraremos una a una las propuestas de la lista para ver si alguna nos satisface a l@s dos o si han cambiado nuestros intereses al conocer mejor lo que necesitamos cada un@. Con frecuencia escuchando sinceramente las necesidades del otr@, su propuesta empieza a apetecernos más que cuando la veíamos simplemente como un plan que competía con el nuestro, incluso puede llegar a entusiasmarnos porque vemos las ventajas que tiene.
En cualquier caso, es fundamental recordar que queremos compartir viaje con esa persona y no centrarnos en si vamos a hacer lo que teníamos pensado. Después de todo, se trata de disfrutar de la oportunidad de compartir esta experiencia junt@s.
Espero que os sirvan estas ideas para facilitar ese acuerdo y disfrutar de las vacaciones en compañía.